domingo, 10 de julio de 2011

El niño como constructor de su vida



Según la Lic. María Cristina Grillo y la UNECO, Loris Malaguzzi desarrolla la imagen de niño donde la expresión y su capacidad creativa, enfatizan su solidaridad entre sus pares y con el ambiente que los rodea.
La Imagen de niño protagonista y constructor, junto al educador del sentido de su propia vida.

Destacando en el niño de hoy:

-Su competencia,  no  excluyendo sus necesidades sino resaltando sus recursos y derechos

-La fuerza y riqueza de sus por qué. Lo que sabe y quiere.

-Su  capacidad para el asombro y la maravilla. Niño fuerte y rico espiritualmente.

-Potente  porque puede y podría.  Potente porque aprende a relacionarse con el mundo.   

-Niño capacitado para provocar el cambio. Competente en la relación e interacción.

-Competente en construir y en construirse. Portador de valores y constructor de solidaridades

-Competente mientras construye el mundo. Constructor de futuros

-Portador y constructor de derechos.  Competente al construir teorías.

Reconocer esta imagen de niño, es valorarlo desde su identidad y desde sus múltiples posibilidades expresivas.

Proceso constructivo y socioconstructivo que tiene su anclaje en lo relacional; también vinculando el saber individual y social y con un   profundo respeto entre niño y adulto.
Para que se produzca este proceso en el niño, debe estar presente  un educador co-creador del saber.

El niño  pone  su “hacer” ante el educador y gracias a las ciencias contemporáneas podemos comprenderlo cada día más, conocer la unicidad del cerebro, sus formas de aprender, sus inteligencias múltiples, inteligencia emocional y otros.
Cada día el niño, despliega ante nosotros la responsabilidad  de su ser único, femenino o masculino, su esencia, su sentido de humanidad, único en sus diferencias,  portador de las diferencias de él y de nosotros.  


Entonces la responsabilidad de educar a este Niño de Hoy, es enorme porque el niño:

Es capaz de asombrar y asombrarse: esto debemos verlo como un valor fundamental, porque “vive”, acciona, en esta capacidad de aprender, de conocer.

Es capaz de hacerse preguntas y buscar respuestas: de construir teorías con explicaciones, “por qué” y qué sentido tienen.  Lo hace con curiosidad de investigador.


Él es un niño con sentido de las raíces profundas: en la búsqueda del por qué y el para qué, de la vida.

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